Los tonos pastel son las versiones suaves del color, pero son tan vitales en la fotografía como los tonos saturados.
En general los tonos pasteles nos llevan a evocar una atmósfera tranquila y nos dan una sensación de calma.
De la misma manera que un decorador utiliza los tonos pasteles para introducir atmósferas descansadas, el fotógrafo puede crear sus imágenes dulces y apacibles componiendo con colores suaves.
Es importante hacer un manejo adecuado de la luz para reforzar la idea que nos brinda el color. La luz debe ser a su vez suave y difusa y no debe crear contrastes fuertes, ni sobras profundas.
Para acentuar este efecto, las líneas curvas son más apropiadas que las líneas rectas y de ángulos profundos. Todo dentro de la imagen debe transmitir armonía y calma, la composición y la luz deben ayudar a acentuar la naturaleza de los tonos.
Los retratos de mujeres y niños son muy apropiados para manejarlos con ésta técnica, las novias y los bebés son los sujetos perfectos para fotografiar bajo estas condiciones.