Cuando compré mi primera réflex digital (Nikon D70), realmente no entendía nada acerca de la exposición. Simplemente, tomaba fotos de las cosas que yo pensaba que quedarían bien en una fotografía, comprobaba la imagen en la pantalla LCD y, si parecía buena, me iba a por el siguiente disparo. Aabía lo suficiente como para saber que si la foto parecía demasiado brillante, necesitaba una menor exposición (una abertura pequeña, una velocidad de obturación más rápida, o menor ISO) o si la foto parecía muy oscura, necesitaba más de exposición (una abertura más amplia, velocidad del obturador más lenta, o ISO mayor). Pero si la imagen en la pantalla LCD parecia “buena”, me imaginaba que no había nada más que pudiese hacer. Por supuesto, esto era mucho más difícil días muy luminosos. Me recuerdo a mí mismo intentando conseguir sombra en la pantalla con mi cuerpo o mi mano, “entornando” los ojos para ver, para acabar frustrado por no haber podido ver si mi foto salió como esperaba. Y al final, llegar a casa, ver las imágenes en mi ordenador y comprobar que parte de las “buenas” imagenes que pensé que tomé estaban demasiado subexpuestas o sobreexpuestas en una zona determinada que no noté al ver la foto en la pantalla. ¿Y ahora qué?

Sólo había dos opciones: Volver al sitio y volver a disparar o tratar de arreglar la subexposición/sobreexposición con el Photoshop. No es frecuente que me vaya y vuelva a disparar a causa de una mala imagen (soy bastante perezoso), por lo que me solo me quedaba empezar a editar la foto. A menudo, se consiguen fotos correctas con el postproceso, pero me molestaba que estaba, en gran medida, apoyándome en el procesamiento posterior, y no obteniendo la imagen que quería desde la cámara. Al cabo del tiempo, te das cuenta que necesitas montones y montones de tiempo para editar las imágenes. Cuanto mejor sea la imagen de origen, más tiempo te ahorras y mejores resultados obtienes. Entonces ¿qué se puede hacer?
Aquí es donde entran los histogramas.
¿Qué es un histograma?
Un histograma es un gráfico que muestra la distribución de los colores o tonos de un color en una imagen según su luminosidad. En el histograma, el eje horizontal indica la luminosidad (más a la izquierda, más oscuro y más a la derecha, más luminoso). El eje vertical indica la cantidad de pixeles con esa luminosidad.

Un pico en nuestro histograma en el lado izquierdo indica un gran número de píxeles que están oscuros o negros (posiblemente una foto subexpuesta), mientras que un pico en la parte derecha indica un gran número de píxeles luminosos o blancos (posiblemente una foto sobreexpuesta) . Por este razonamiento, un histograma uniforme (sin picos) en todos los tonos es probable que indique que la imagen está debidamente expuesta.
Veamos un par de ejemplos:

En esta imagen la mayoría de los pixeles caen en la zona de luminosidad intermedia sin picos en el límite izquierdo o derecho, por lo que está “correctamente” expuesta.

En este segundo caso la mayoría de los píxeles estan en la zona derecha, lo que parece indicar sobreexposición. Sin embargo, no hay ningún pico en el extremo derecho, por lo que no tiene zonas quemadas. Y la nieve es blanca (en realidad gris en la imagen, porque sino en el histograma se vería un pico en el extremo derecho), por lo que es correcto que el histograma quede así.

Esta imagen no tiene datos es la parte luminosa del histograma, lo que indica que podría estar mejor expuesta si sí hubiese pixeles en esa zona.

Ahora el histograma tiene “mejor pinta”. Con mayor exposición se ha conseguido distribuir los pixeles más uniformemente.
En la práctica, podemos conseguir mejores fotos directamente de la cámara porque podemos comprobar el histograma de la imagen nada más tomarla. Es mucho más fácil ver el histograma (blanco y negro) que comprobar en una pantalla LCD minúscula si hay alguna zona mal expuesta. En seguida comprobamos si necesitamos más o menos exposición. O si, aunque parece que la imagen tiene buen aspecto, tenemos picos en los extremos, lo que indica zonas sub o sobre expuestas.
Mi consejo es comprobar el histograma en la cámara, en vez de la previsualización de la imagen. Una vez te acostumbras en mucho más útil. Y además aprendes a aprecia mucho mejor cual es la exposición que la foto requiere.